Una persona que alquila un piso, ¿puede alquilárselo a otra? Es decir, ¿se puede subarrendar una vivienda? Pues depende de si cumple los requisitos legales o no. El subarrendamiento es un contrato en el que el inquilino del propietario (subarrendador) le alquila la vivienda, a su vez, a otra persona (subarrendatario).
Entre el subarrendador y el subarrendatario, existen los mismos derechos y obligaciones que entre el propietario y arrendatario inicial (a su vez subarrendador). El subarrendatario debe respetar todos los acuerdos que se hubiesen pactado entre el propietario y el subarrendador. Y los pagos y gastos de conservación pendientes de este último, pueden ser reclamados directamente por el propietario al subarrendatario.
Si una persona que ha alquilado un piso quiere, a su vez, alquilar las habitaciones que no ocupe, tiene que cumplir los siguientes requisitos que impone la Ley de Arrendamientos Urbanos:
- Siempre se necesita el consentimiento previo y por escrito del propietario.
- Sólo se puede realquilar el piso de forma parcial. Es decir, el inquilino sí que podría alquilar habitaciones a otras personas, pero nunca el inmueble entero.
- El inquilino debe seguir viviendo en el piso, porque si no sería una cesión, en lugar de un subarriendo.
- El precio del realquiler no puede superar al del primer alquiler.
- La duración, tampoco.
Hay dos casos en los que no se necesita el consentimiento previo por escrito del propietario: el uso gratuito o precario, y el llevado a cabo por matrimonios o parejas de hecho. Con el primero nos referimos a la ocupación de la vivienda de forma temporal por un pariente o amigo, de forma gratuita. Y en el supuesto de las parejas, el que alquila la vivienda lo hace de forma individual, pero el piso pasa a convertirse en el domicilio de su pareja si decide abandonar el piso o no renovar el contrato, sin necesidad de un consentimiento expreso del propietario.
Si se realquila un piso sin el permiso escrito del propietario, el contrato se puede resolver contrato (art. 27.2.c LAU) y reclamar por los daños y perjuicios causados.
Lo que es esencial a la hora de pretender la resolución del contrato de subarrendamiento o realquiler, por falta de consentimiento previo por escrito del propietario del inmueble, es la prueba de los hechos que se alegan, por ejemplo, la declaración de un vecino como testigo.
Hoy es noticia el caso de Airbnb. De nuevo se le ha impuesto otra multa, esta vez de 600.000 €, por publicitar pisos que no tienen licencia turística. Para ver con más detalle el alquiler para uso turístico, recomendamos otro post publicado en este mismo blog: El alquiler para uso turístico en Cataluña.
Lo relevante en cuanto al realquiler de pisos a través de Airbnb, es que la empresa hace firmar un contrato al inquilino con una cláusula que prohíbe que “se subarriende, se realquile o se utilice como apartamento turístico” para eximirse de responsabilidad, pero esta semana se están dando a conocer diversos casos de inquilinos que se estaban enriqueciendo con ello.
De todas formas, lo que se desaconseja fervientemente es ocupar ilegalmente el propio inmueble, una vez que se ha puesto a disposición de una plataforma de este tipo. Esto fue lo que hizo Montse Pérez, una propietaria de un piso de la Barceloneta que puso su piso a disposición de Airbnb y fue ilegalmente realquilado por un inquilino para uso turístico (Ver más en el post mencionado sobre El alquiler para uso turístico en Cataluña).
Si necesita ayuda legal en relación a un realquiler ilegal o cualquier tema de Derecho Inmobiliario, no dude en ponerse en contacto con nosotros a través del teléfono 93 675 92 80 o dejando un mensaje a través del siguiente formulario:
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